Una buena salud bucal y las visitas periódicas al dentista pueden reducir el riesgo de desarrollar la diabetes, ya que lo que ocurre en la boca también puede tener un efecto significativo en el resto del cuerpo, incluyendo el riesgo de desarrollar enfermedades graves como la diabetes, una de las principales enfermedades que sufrimos en nuestro país.
La diabetes es una enfermedad crónica, que requiere a los pacientes tener unos controles estrictos para evitar complicaciones. Los especialistas están aconsejando cambios de dieta y ejercicios físicos que pueden ayudar a un paciente a controlar la diabetes, y ahora muchos también están añadiendo el cuidado apropiado de la salud bucodental, como pilar para mantener a raya la diabetes.
Muchos investigadores han comprobado que individuos con diabetes son más propensas a desarrollar enfermedad periodontal, y la existencia de la enfermedad periodontal también puede causar problemas con la diabetes.
La mala salud oral hace que sea más difícil controlar los niveles de glucosa, lo que puede dar lugar a complicaciones importantes para las personas con diabetes. Las enfermedades como la gingivitis puede causar sequedad de boca y disminución del flujo salival y la creación de condiciones favorables para las bacterias.
Cosas como la gingivitis, la recesión de las encías, tejidos tiernos, pérdida de masa ósea,… pueden ser indicadores de un problema sistémico más grande, pero dado que los cambios son sutiles, si tenemos visitas frecuentes con nuestro dentista, puede identificar estos indicadores tan sutiles.
Si ya tiene diabetes, los estudios mostraron que el cuidado dental favorece un mejor control glucémico, o la capacidad de mantener el azúcar en la sangre en un nivel seguro.
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