Es poco conocido que los implantes dentales puedan sufrir enfermedades propias, pero es cierto, existen dos tipos de enfermedades que pueden afectar a la superficie de un implante, la mucositis y la periimplantitis.
La mucositis es la inflamación de los tejidos blandos que rodean al implante mientras que la periimplantitis puede provocar la destrucción del hueso que lo sustenta debido a la colonización de la superficie del implante por parte de bacterias de la boca.
Como digo son unas enfermedades poco conocidas actualmente, pero la periimplantitis, afecta a una proporción elevada de pacientes y por desgracia, aun no tiene un tratamiento predecible. La razón para tanta dificultad a la hora de tratar la infección del implante es que el implante, a diferencia del diente, es una superficie extremadamente rugosa y a día de hoy no se disponen de elementos mecánicos ni químicos que aseguren su desinfección en el 100% de los casos.
Es fundamental hacer un seguimiento periódico por parte del odontólogo, que nos permita asegurar, que la unión con el hueso en las fases iniciales del tratamiento, está siendo perfecta en todos los aspectos, llevar la higiene adecuada que limite su contaminación con las bacterias presentes en los dientes contiguos, mucosa y lengua.
En la clínica dental Rafael García Vega, a día de hoy, debido a la falta de predictibilidad en el tratamiento de la periimplantitis, establecemos protocolos específicos de mantenimiento tanto en los domicilios de nuestros pacientes, como en nuestras consultas para evitar, la infección del implante.
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