Las carillas dentales unas pequeñas laminas que se adhieres a la parte exterior de las piezas dentales con un cemento o resina diseñada para no dañar el diente pero que permite una fijación total. Algunos de sus usos más comunes son; reparar el esmalte, para corregir la posición de las piezas, tapar pequeñas grietas o roturas, y para alinear los dientes.
En resumen, el uso de las carillas es estético y no está diseñado para solucionar problemas bucodentales. Por lo cual antes de colocar cualquier tipo de carilla es conveniente revisar tu salud bucodentental y solucionar cualquier problema anterior para que el resultado sea permanente y no hay necesidad de retirar más adelante estas carillas.
Existen varios tipos de carilla (total, parcial.)pero la forma más común de clasificarlas es por el material con el que está fabricadas. Atendiendo a esto podemos hablar de 3 tipo de carillas:
Estas carillas están hechas con una resina acrílica que hace las bases de matriz. Para aumentar la resistencia y para conseguir un mejor acabado estético se le añade partículas de cerámica, que le dan ese toque realista que permiten que pase desapercibida.
Para colocar este tipo de carillas lo que se hace es poner capas de composite directamente sobre el diente y se moldea a la forma que se quiere conseguir. Una vez colocada la capa en la posición deseada se sella con polimerización con luz ultravioleta. Durante el proceso se puede ir ajustando la forma y color de la pieza para que quede de la forma deseada.
La ventaja de este tipo de carillas es que no requiere una preparación especial de la pieza dental y que es un proceso rápido. Otra ventaja es que en caso de rotura es fácil de reparar. Y desde el punto de vista económico son más económicas que las de porcelana, aunque hay que recordar que su vida es más corta que otras piezas. Con el paso del tiempo tienden a perder su color original y tienen más facilidad para romperse.
Este tipo de carillas necesitan ser revisas periódicamente por el dentista para asegurar que no tienen ningún problema o para hacer reparaciones puntuales.
Este tipo de carilla está hechas con cerámica de vidrio reforzada con un material llamado leucita, aunque también pueden esta hechas con vitrocerámicas o aluminosas.
A diferencia de las carillas de composite estás carillas son fabricadas a medida del paciente antes de la colocación para asegurarse que coinciden en tamaño y color. Una vez diseñadas se ponen sobre la pieza con un pegamento de gran resistencia.
Este proceso hace que sean más naturales que las de composite y más resistentes al paso del tiempo. Su color se mantiene mucho más tiempo y la posibilidad de fractura es mucho menor, casi nulo.
Una tercera categoría sería las de las carillas hechas con zirconio. Estas laminas son personalizadas como las de porcelana, pero su característica más resaltable es que son translucidas. De las 3 opciones es la menos invasiva, pero no cubrirá esmaltes muy desgastados o roturas muy marcadas.
Con todo esto ninguna de las tres formas es mejor que la otras. Cada paciente tiene unas necesidades y tiene que hablar con el odontólogo para averiguar cuál es la más conveniente en cada caso particular.
Alguna de las desventajas de estás carillas es que el proceso de colocación es mucho más largo porque hay que diseñarlas de ante mano. Además en caso de ruptura no se pueden reparar y como a la hora de colocarla es necesario limar el diente puede llegar a afectar a la sensibilidad de los dientes.
Esto va a depender del material que deseemos usar pero normalmente no debería tomar más de 2 o 3 sesiones con el dentista.
Primero habrá que observar las necesidades del paciente y decidir qué carilla es la más conveniente para su caso particular.
Si escogemos las carillas de composite en la siguiente sesión se podrán colocar con el proceso anteriormente descrito. Este tipo de carillas normalmente no necesita más visitas para su colocación, aunque habrá que continuar acudiendo para las revisiones. Lo mismo sucede con las de zirconita
En el caso de las de porcelana en esta sesión se utilizará para preparar las carillas. Para obtener los datos que posteriormente se mandarán al laboratorio que hará las carillas se realizan radiografías. En la siguiente sesión se colocan y no sería necesarias más sesiones, salvo las de revisión.
Esto también depende del componente de las carillas pero los 3 tipos son de larga duración. Como hemos comentado antes las de porcelana son más resistentes, pero ambos cosos llegan a varios años de duración. También es importante para alargar su vida útil acudir regularmente al dentista y darles un cuidado bucal correcto.
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