Hace un tiempo que se viene hablando de la blancorexia, que es la obsesión que tienen muchas personas por tener los dientes cada vez más blancos y más blancos. Se trata de una necesidad que va en sintonía con otras obsesiones como la tanorexia, el hábito compulsivo para estar siempre moreno, y que detrás esconde la falsa creencia de que así se luce un mejor cuerpo y se está más en sintonía con los cánones de la sociedad actual. Pero dejando de lado los gustos estéticos de cada uno, que poco importan, lo que sí es cierto que este tipo de obsesiones no son saludables y encierran riesgos para el organismo.
Solo hace falta echar un rápido vistazo en internet, para comprobar cómo no paran de aumentar el número de webs y compañías que aseguran tener remedios y productos milagrosos para blanquear los dientes o foreros que piden remedios y recetas caseros para ello. Pero lo cierto es que gran parte de estos productos o la información que recogen muchas páginas no están escritas por verdaderos expertos del sector bucodental sino que son prácticas no contrastadas que lo único que consiguen es perjudicar la salud de nuestros dientes. En este sentido, cabe destacar que muchos de estos productos están fabricados a base de ingredientes dañinos o que someterse a muchas sesiones de blanqueado seguidas lo único que consiguen es generar problemas en las encías y los dientes.
Por estos motivos, siempre se recomienda que si se quiere realizar un tratamiento de blanqueamiento dental se debe acudir a un especialista en la materia, que pueda hacer un seguimiento adecuado del historial del paciente y que cuente con los productos, la tecnología y los adelantos necesarios para ello. De lo contrario, se podrá estar muy guapo, pero de nada servirá si los dientes no duran sanos y fuertes.
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